Es verano, hace calor, mucho calor (o mucha calò como se dice en Andalucía) y me vuelve a la memoria la primera vez que escuché hablar del gazpacho. Me pareció una burrada, tanto que cada vez que alguien me lo ofrecía yo, con alguna excusa, lo rechazaba.
Luego, con el paso del tiempo y la certidumbre de que Andalucía se estaba transformando en mi segunda casa, entendí que hay que atreverse con todas las tradiciones, menos las que van en contra de nuestra moral, por ejemplo en mi caso ver los toros.
Seguía pensando… “un batido de verduras (un zumo??), tomates, ajo, pimientos, pepinos …. todo frío, para beber” y me parecía una barbaridad, aunque investigando su historia ( aquí va un interesante artículo, uno de los miles que hay https://elpais.com/gastronomia/el-comidista/2016/07/28/articulo/1469723990_206802.html) todo llevaba a la misma conclusión: lo rico que está el gazpacho, que refrescante y que necesario en verano, con algunas poquísimas excepciones. Otra curiosidad que me llamó la atención fue que no había una receta igual y según las marujas andaluzas (escuchaba con interés los puntos de vista) el secreto era principalmente uno: “tiene que estar muy frío “y siempre añadían “ah y eso sí, al gusto de cada una eh, bueno y con los tomates de la huerta, por supuesto” y si te quedabas hablando los consejos se multiplicaban, en una acumulación tal de pequeños detalles que parecían al mismo tiempo fundamentales y opcionales. Yo lo único que entendí, que como por el vino había que ir catando.
Así que un día de calor infernal me decidí a tomar un vaso. Todavía me acuerdo que estaba en Nerja, sentada en una terracita en buena compañía y pedí el gazpacho que según quien estaba conmigo “nunca se toma en la calle”, pero bueno hay que decidirse y este era mi momento. Me acuerdo que se me hacía rarísimo beberlo y pedí una cucharilla, para medio comerlo. Me agradó. La experiencia fue placentera, se me hizo comprensible parte del encanto, aunque pensándolo con el tiempo no fue, ni de lejos, mi mejor gazpacho. Pero ya la puerta estaba abierta y empezó la búsqueda de mi gazpacho perfecto. Ese plato misterioso que nunca le sale igual a nadie, ni a los mejores cocineros, ese elixir de vitaminas, frescura, bienestar, sabores de tierra y mar, de verano, con una pizca de primavera y de otoño andaluz, un plato que tiene miles de historias, porque cada familia bebe el suyo y entonces se sublima de la fuerza más poderosa de la cocina: tiene un valor de conexión, raíces, diálogo en el tiempo, de generación y fue así que se me clavó en el corazón… bueno esto y su protagonismo en “Mujeres al borde de una ataque de nervios” de Pedro Almodóvar (que daría para otro post).
Yo naturalmente hago mi propio gazpacho (que por supuesto nunca me sabe igual), le gusta a todo el mundo, pero a nadie como a mí que tengo una verdadera dependencia de gazpacho, si lo hago me lo bebo todo y si no lo hago en verano, ¡sueño constantemente con hacerlo!
Aquí os dejo mi receta, ya allá vosotros para interpretarla ;)
1 kg de tomates de perilla o en todo caso tomates bien carnosos y maduros
1 pepino
1 pimiento verde (los verdes españoles, en italiano “friggitelli”)
1 diente o 2 de ajo (según me apetezca) al que le quito el germen
Unas gotas de tabasco
Sal, aceite, vinagre al gusto
Procedimiento
Pelo el pepino, limpio el pimiento y los dientes de ajo, lavo los tomates y los corto en trozos grandes. Pongo todos los ingredientes en la batidora, hasta que no estén perfectamente licuados. Luego paso el líquido con el pasador. Ahora es el momento de aliñar: a mi me gusta con poco sal y abundante vinagre, pero podéis hacerlo según vuestras costumbre de aliñar la ensalada. A mí me gusta añadir tabasco, pero es una variante completamente mía. En verano a veces le pongo un trocito de fruta, juntos con las verduras directamente en la batidora, como por ejemplo melocotón o fresa o lo que os guste más. Al final yo añado hielo o un poco de agua fría y lo dejo reposar en la nevera.
¡Para mí si se hace el día anterior es todavía más bueno! Ah y no, no le pongo cebolla, nunca le puse y me parece increíble que alguien le eche, pero ya sabéis, cada uno… ¡su gazpacho!
Aquí va una última curiosidad, un pasaje del Don Quijote que habla de este plato asombroso: https://cvc.cervantes.es/artes/gastronomia/recetario/gazpacho.htm
Gracias por la receta, ¡no hay nada como gazpacho para estos días de tanto calor! Yo nunca he probado la versión de frutas..si me invitas, me ánimo a probarlo;-)