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Dilema Olímpico

Hoy toca escribir un nuevo post (he elegido los domingos como día de salida semanal por pura casualidad, pero me lo impuse como empeño fijo porque si no, nunca escribo y si no escribo la idea del blog no tiene sentido, creo 🤔). 


Pero ahora se me plantea un dilema: hoy domingo 11 de agosto 2024, cierran (justo ahora mientras escribo) las Olimpiadas de París. Después de dos semanas de batallas, luchas, críticas, llantos, sonrisas, declaraciones, deportes raros que aparecen y desaparecen (de los que la mayoría de los comunes mortales no entiende ni papa), todo se acaba. 

Se acaba sobre todo la sensación de que el mundo entero esté colgado de la misma esperanza, compartiendo algo en el mismo momento, un mundo que disfruta al unísono del deporte, de las historias, de las aventuras y de las emociones que este conlleva. Pero vuelvo al dilema, que ya me estoy liando con mi sintaxis interna que es todo menos académica. Por un lado, las ganas de escribir algo, por otro la idea de que se ha dicho y publicado de todo. Y es demasiado pronto para mirar los datos y publicar algo de rigor “científico”. 




Además Italia está sumida en la locura por  la súper victoria de las chicas del voleibol, cuyo éxito valora la tesis del técnico argentino Julio Velasco que ha declarado una infinidad de veces durante estos días de no preocuparse demasiado por las medallas, sino de pensar en luchar divirtiéndose, intentando ganar punto a punto. No mirar el resultado final, sino el recorrido, el proceso. 


Un tema que me parece ahora que lo pienso bien, un leitmotiv  subrayado por muchos deportistas de esta edición. Pienso en Pilato que llora de felicidad por su cuarta posición en los 100 metros braza, dejando atónitos a los periodista; en Tamberi que salta sabiendo que no va a poder clasificarse por sus problemas físico; en Khelif que insultada durante una entera semana, guarda silencio y concentración mirando a su objetivo (y madre mía lo feliz que estoy de que por fin ganó y se fue a denunciar a todos aquellos viles que la insultaron); en  Djokovic que lo ha ganado todo pero con 36 años lucha y llora por su medalla como un niño; en Alcaraz triste por la plata (que llega tras una severa derrota) y dice “el día de mañana me va a parecer increíble, pero ahora…”; en  Nadal que participa con 38 años y a los periodistas que cada día le preguntan si piensa retirarse, les responde que a ver si le dejan disfrutar en paz de su experiencia; en Marín reina del Bádminton que se parte una rodilla mientras está ganando el partido que la llevaría a semifinales y su contrincante, la china He Bing Jiao (al final medalla de plata), la homenajea llevando al podio una chapa con la bandera de España; etc… digo etcétera porque los ejemplos son tantísimos, algunos se han hecho virales (ni cito aquella fenomena de la Simon Biles y su hisoria increíble) otros menos, pero me parece que lo que nos llega es la voluntad de declarar al mundo que ellos no compiten solo para ganar. Compiten porque es lo que saben hacer. Su profesión, que también es una pasión, un lujo que hay que defender, pero que implica trabajo duro, sufrimiento y cuando llegan allí también quieren disfrutar. Quieren emocionarse, vivir el momento y si no ganan, tampoco pierden, que te j***, pues sí, pero es un momento, una etapa, incluso puede ser de evolución, de cambio, de conciencia de tus límites, pero es su momento. 


Además no todos tienen los mismos objetivos, algunos tan solo están felices o inlusionados de vivir la experiencia, otros tienen la oportunidad de dar visibilidad a una causa política o humanitaria (he aquí el ejemplo de la atleta refugiada Manizha Talash https://www.epe.es/es/olimpiadas/20240811/manizha-talash-refugiada-afganistan-descalificada-coe-motivos-politicos-106851601), otros baten sus propios records personales. A ver si lo entendemos que el tema del heroísmo, es un tema peligroso (es tiempo de sacarnos una medalla en Historia), además diría mitificado hasta la náusea. Hasta los héroes más famosos de la literatura (siempre maestra de vida si sabemos leerla con atención) no se habrían movido de casa si no hubiese sido por la curiosidad, el placer y la superación del límite y, digo más, ninguno ni habría terminado su viaje ( o cualquier otra locura en la que estaba empeñado) a no ser de haber compartido la experiencia con otros aventureros. ¡Ay mi Quijote! ¿Qué habría sido de él sin Sancho y toda la panda de amigos y personajes que le querían por como era y no por donde llegaba? 


Hoy terminan las Olimpiadas y empiezan, el 28 de agosto, las Paraolimpiadas, justo nos dejan un poco de tiempo para dejar de llorar y preparar los pañuelitos ¡Para otras emociones! 


Aquí os dejo una serie de enlaces que cuentan historias interesantes o curiosas sobre los atletas de todos los países de lengua castellana que han participado en Los Juegos Olímpicos de París 2024. He seleccionado una historia por cada país, me parece que también pueden ser un buen material didáctico para el comienzo del curso. A ver que opináis loquit@s… 




España


Cuba


Ecuador


Argentina


Chile 


Guatemala 


México


Colombia 


República Dominicana 


Perú



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